Desde Granada accederás a ella entrando por Lanjarón y desde la costa, Motril o Salobreña, entrando por Orgiva, en ambos casos llegar a su núcleo, compuesto por las localidades de Pampaneira, Bubión y Capileira, te llevará una hora de recorrido, siendo su segunda mitad un recorrido tortuoso que recuerda a las carreteras pirenaicas.
En nuestro caso, por falta de
tiempo, decidimos omitir las paradas en Lanjarón, considerada la entrada a La
Alpujarra, y en Orgiva, localidad capital de la zona. En el primero podrás
visitar el manantial, el balneario y disfrutar de sus calles plagadas de
fuentes, y en el segundo visitar sus monumentos, Iglesia Parroquial, Castillo
Palacio de los Condes de Sástago, Torre Árabe y Molino de Benisalte.
La parada obligada se encuentra
en los pueblos de Pampaneira, Bubión y Capileira. Aunque a primera vista
podrían parecerte iguales, lo cierto es que paseando en su escarpadas calles
cada uno tiene sus particularidades, tiendas, talleres y exposiciones, textiles,
etnológicos y de chocolate. En opinión del que escribe y su fotógrafa, aunque los tres
preciosos, elegimos Pampaneira, donde nos impactó su vida social y cultural, en
la que casi acabamos, tras la cena, jugando al bingo con sus gentes en la plaza
del pueblo.
Para alojarse, sin duda el Hotel Real de Poqueira, en Capileira, y para disfrutar de la gastronomía, Restaurante Teide en Bubión y Casa Julio en Pampaneria, entres sus platos, migas alpujarreñas, lomo o costillas de orza, patatas revolconas, choto, puchero, papas a lo pobre y un largo etcétera.
El viaje compensa, al salir de la zona tus recuerdos serán, la imagen de sus casas blancas y sus tejados horizontales, el sonido del agua corriendo por el centro de sus calles, el gusto del agua de sus fuentes y el olor de alguno de su platos.
Digno de repetir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario