Nos hemos decidido a realizar un pequeño viaje de cuatro días, sin niños, a la ciudad de Marrakech. Lo primero fue elegir el alojamiento, uno tiene que optar por ir a un hotel en la zona nueva de la ciudad o por un riad dentro de la medina. ¿Qué es un riad?, un pequeño edificio antiguo, donde en torno a un patio central con aljibe, se establecen un número muy pequeño de habitaciones. En otras palabras, una mezcla entre un B & B y una casa rural. Esta ha sido nuestra opción, y el elegido, el Riad Abaka, por su encanto y su situación a escasos 5 minutos de la Plaza de Yamaa el Fna.
En cuanto al idioma, encontrarás que mayoritariamente hablan francés, pero no tendrás problema con el inglés, ni con el castellano. Con respecto a la moneda, el Dírham (Dh), 1 € equivale oficialmente a unos 11 dirhams, con lo que por redondeo no tendrás dudas, cuando te pidan 10 Dh traduces a 1 €. Las oficinas de cambio son muy comunes en las zonas principales como en la Plaza de Yamaa el Fna. De igual modo encontrarás cajeros, tu banco te aplicará el cambio oficial y una pequeña comisión por cada operación. No obstante, es muy común encontrar establecimientos de todo tipo en los que te aceptan euros.
Elegido el alojamiento,
viendo que no hay problema con el idioma y ya con dinero en el bolsillo, toca
patear la ciudad.
Realizar un listado de las cosas
mínimas que has de ver es muy complicado, en nuestro caso, con pocos días por
delante, esta ha sido nuestra elección.
Plaza de Yamaa el Fna, dicen que es el lugar más importarte de la
ciudad, lo cierto es que parece el centro neurálgico donde todo empieza, y por
donde todo el mundo pasa. Día y noche te encontrarás los puestos de zumos y de
frutos secos, un zumo de naranja 4 Dh, sí no me he equivocado, 40 céntimos,
papaya o mango el doble. Compra una bolsa de dátiles o una ristra de higos
pasos, un verdadero placer. Al comienzo
de la tarde empiezan a aparecer carretas con mesas y sillas, y lo que pasa es
que instalan una multitud de puestos de comida, 100 Dh cena para dos.
Habitual también la imagen de encantadores de serpientes, músicos y vendedores
de dientes y dentaduras.
El zoco es el lugar donde marroquíes y turistas hacemos las
compras, donde ellos pagan un precio y tú el doble, pero aun así, muy barato.
Hay que regatear, pero no te ofendas, siempre hazlo con una sonrisa, no te
quieren engañar, están trabajando.
En el arte del regateo dicen que
no se debe pagar más de un tercio de lo que te piden inicialmente. Nuestra experiencia ha sido que en cosas que
hemos ofertado en este rango, los comerciantes nos han dejado marchar, mientras
que en torno a la mitad, hemos llegado a un acuerdo sin problema alguno.
Se trata de una experiencia única,
donde perderse durante mucho tiempo por un entramado de callejas. Parece estar
organizado por zonas, joyas, ropa, calzado, encurtidos, especias, etc, pero
esta división no está ya tan clara.
Palacio Bahía, impresionante obra arquitectónica, donde los techos,
patios y jardines te dejarán con la boca abierta. Visita de no más de una hora
y de 20 Dh por persona.
Medersa Ben Youssef, también llamada Madraza, se trata de una escuela o colegio de estudios superiores. Edificación de pequeñas habitaciones, estancias de los estudiantes, en torno a un gran patio central o pequeños patios interiores. Por más que busques, no encontraras estancias grandes donde uno espera que impartieran clase, ya que esto se realizaba en la mezquita cercana.
Hemos elegido realizar una
pequeña actividad, la visita al Palmeral
de Marrakech, dicen que este es la principal fuente de riqueza de la
ciudad, por sus dátiles y madera, recientemente por su turismo y su explotación
urbanística. En nuestro caso no elegimos el camello y optamos por el quad.
Divertido, pero mucha moto y poco palmeral.
También hemos hecho una pequeña gran excursión. A más de dos horas de la ciudad se encuentran las Cascadas de Ouzoud. Ellos las definen como las más grandes e impresionantes del norte de África, por no querer reconocer que son las segundas más grandes del continente tras las Cataratas Victoria, frontera de Zambia y Zimbabue. 120 metros de caída de agua, realizada en tres saltos o niveles. Largo el viaje, pero impresionante la imagen de las cascadas, así como el ambiente que allí encontrarás, turistas locales pasando un día de baño.
Visitar una ciudad tan diferente culturalmente es una experiencia muy distinta a recorrer una ciudad europea, pero muy positiva. Nuestra conclusión ha sido la de meter en la lista de próximas escapadas, Casablanca, Tanger o Fez.
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