El Imparcial se encuentra ubicado en pleno distrito Centro de Madrid, a mitad de camino entre las paradas de Metro de Latina y Tirso de Molina, y hasta allí nos hemos ido.
Lo primero que sorprende es su historia, ubicado en un atiguo palacete donde tuvo su sede el antiguo diario del que ha tomado su nombre. De igual modo llama la antención su ánimo de ser un espacio cultural, a lo que dedica una pequeña tienda denominada "espacio i2" en el que encontrarás una selección de objetos a la venta, prensa internacional, menaje, decoración, fotografía y libros.
Pero al lío, habíamos ido a cenar, y eso hicimos. Conseguido colocar a los enanos nos decidimos a celebrar con unos días de adelanto nuestro aniversario de boda, 19 añitos ya. Cuando uno empieza algo, desea llegar hasta el final, y hoy no me imagino otro final, te sigo queriendo como el primer día.
Desde que entras a El Imparcial gusta, su espacio de venta en la panta baja, sus escaleras como pequeña galería de arte y su sala, de enormes techos y grandes balcones.
Con la carta en la mano nos decidimos por compartir como primero hummus casero con crudités. Para los segundos, tartar de atún rojo con aguacate y grissini de sésamo y pulpo a la brasa, puré y ajada gallega. Como siempre, no hay una buena cena sin un buen postre, tarta rota de espuma de crema inglesa.
Por su ubicación, en Centro, es ideal para combinarlo con una cañas por Latina, tapas en el Mercado de la Cebada, paseo por la Plaza Mayor, compras por el Rastro, o cualquier otra que a ti se te ocurra.
Restaurante cien por cien recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario