Una vez más hemos pasado unos días por tierras gallegas, como casi siempre en San Cristovo, con alguna escapada de ocio a Verín.
Nuestras continuas visitas a San Cristóbal, Orense, nos han llevado a recorrer todos los alojamientos de los alrededores de Verín. Hemos estado en casas rurales muy buenas como O Retiro do Conde , en hoteles geniales como el Parador de Monterrei, y en otros no tan buenos "de cuyo nombre no quiero acordarme", pero nada como estar en "CASA TOÑITA", en su mejor habitación y en régimen de pensión completa, con una compañía inmejorable, GRACIAS.
En Casa Toñita, desde su inauguración, que aún recordamos con una sonrisa en la cara, hemos disfrutado de innumerables cosas; de sus comidas, pulpo a feira, bondullo y judías verdes con chorizo; de sus cafés con la abuela y las vecinas, degustando su licor de café casero y bica; de sus cenas a base de jamón, queso de tetilla y membrillo, salchichón, chorizo y empanada gallega; de los cuidados de Belén y Toñita; de las llamadas de Karina, que también quiere cachondeo; de las barbacoas de Manuel; de las sobremesas con Raquel e Isra, optimistas, positivos y con ese envidiable modo suyo de ver la vida; del huerto, las gallinas, los cerdos y hasta de los paseos por el camino; y de otras mil cosas que olvido.
Aunque estos momentos que te hemos enumerado son los que nos vuelven locos, nuestra anfitriona sigue estrujándose la sesera para sacarnos de la aldea. En esta ocasión repetimos en la Feria del vino D.O. Monterrei. En Verín las distintas bodegas de la denominación te muestran su oferta en vinos blancos y tintos. Si te sirve de algo nosotros somos grandes fans de Ladairo, Stibadía y Crego e Monaguillo.
Otra escapada ha sido para degustar unas enormes hamburguesas, para dos o cuatro personas cada una, cenando en la Aldea Rural A Cortiña, en la localidad de Pepín, donde merece la pena acercarse.
Este pedacito de Galicia nos sigue dejando con la boca abierta en muchas ocasiones, sin olvidar que su gastronomía nos vuelve locos, existen otras cosas sorprendentes, su hospitalidad, su sentido de familia y su constancia en el trabajo.
P.D. No busques en las webs de turismo rural "Casa Toñita", lamento confesarte que es la casa de una gran amiga.
Otra escapada ha sido para degustar unas enormes hamburguesas, para dos o cuatro personas cada una, cenando en la Aldea Rural A Cortiña, en la localidad de Pepín, donde merece la pena acercarse.
Este pedacito de Galicia nos sigue dejando con la boca abierta en muchas ocasiones, sin olvidar que su gastronomía nos vuelve locos, existen otras cosas sorprendentes, su hospitalidad, su sentido de familia y su constancia en el trabajo.
P.D. No busques en las webs de turismo rural "Casa Toñita", lamento confesarte que es la casa de una gran amiga.
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