El viaje largo, el parque se encuentra en Tarragona, a más de 500 kilómetros de Madrid. Para subir lo hicimos por la A2 y AP2, y para bajar por la AP7 y A3, lo mismo da que da lo mismo, igual tiempo, kilómetros y peaje.
Ya que el viaje recibe una nota
de 6, el alojamiento mejora a un 8. Nos hemos quedado en el Hotel Best San
Digo, de la localidad de Salou, a 10 kilómetros del parque, con lo que
consigues que el precio del alojamiento se reduzca a la mitad respecto a los hoteles del parque,
así como poder disfrutar del paseo marítimo de la localidad y de su amplia
oferta de ocio.
Respecto a Port Aventura Word, recuerda que se compone de tres parques diferentes, Port Aventura Park, Caribe Acuatic Park y Ferrari Land. En nuestra visita, en otoño, el acuático se encuentra cerrado, como es lógico, y hemos invertido un par de días en patear los otros dos.
Empezamos por la mañana en
Ferrari Land, donde sus puntos fuertes son Red Force, para vivir la sensación
de aceleración, y Thrill Towers, para sentir la caída libre y el rebote. Me temo
que no te puedo dar mi opinión porque estas cosas no son lo mío, en palabras de
mi sobrino Alberto, “¡que pasada!”. Por
lo que respecta a los niños, disfrutaron de las atracciones del área kids, y
todos de las de 3D. Por la tarde pasamos
a Port Aventura Park, con la misma entrada de día, y empezamos a disfrutar de las atracciones.
Y al día siguiente directos a este último.
Las estrellas de Port Aventura Park son Furius Baco, Dragon Khan y Shambhala, tampoco te puedo dar mi opinión porque insisto en que esto no es lo mío, pero las chicas, Berta y Lucía, montaron y repitieron, según ellas “¡cómo mola!”. Por lo que respecta al resto, lo mejor, las atracciones de agua y los espectáculos, intenta no dejarte ninguno; lo peor, los precios y las colas. Como ejemplos, una cerveza redondeando 5 €, igual que cualquier cosa para los niños, palomitas, algodón de azúcar, gofres o similar. Y por lo respecta a las colas, de una hora a dos en las atracciones estrellas, y si quieres asistir a un espectáculo otra horita de espera.
Y aunque por tercera y última vez
te diré que esto no es lo mío, lo cierto es que en esta vida hay que probar de
todo, y esto está bien, si dudas de mí, pregúntales a los míos. Recuerda que
hemos pasado por los de Orlando y París, y si entre estos hay una diferencia de
nivel a favor de los de Florida, el que hoy nos ocupa también pierde otro
poquito respecto del de Francia.
Para recordar, haber coincidido con
nuestros sobrinos, Alberto y Sheila. Para Dani y Lucía haber visto a su primito chiquitito, de 32 años y casado, disfrutar como un crío ha sido otra buena experiencia.
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