Escápate a Ávila, con o sin los niños, esta villa conjuga el encanto de una pequeña localidad en la que tomarse las cañas en la plaza del pueblo y la grandeza de una ciudad monumental declarada Patrimonio de la Humanidad.
Me temo que por alguna extraña razón fuerza a repetir. Desde la primera escapada han pasado muchos años, desde ésta, con menos de 20 años, alojados en el Hostal San Juan, habiendo llegado en Renfe, y con el dinero justo para decidir si se cañeaba o se comía, hasta la última, con dos niños y alojados en el Parador de Ávila, se han sucedido diversas visitas, de día o de fin de semana, solteros o casados, con amigos o solos, en verano o en invierno, y en todas ellas la misma historia, buenas cañas, buenas tapas, excelente decorado y mejor gastronomía.
En esta ocasión la estancia ha sido en el Hotel Palacio de Valderrábanos, situado en el centro, junto a la Catedral, tan solo mencionar que no merece las cuatro estrellas que tiene reconocidas, aunque esta enclavado en un buen lugar para patear la zona histórica.
Si lo que desea es conocer su conjunto histórico artístico visita su web, encontrarás tres portales diferenciados de turismo. Si tu interés está en las otras catedrales, mi experiencia es la siguiente, de cañas y tapas desde la Plaza del Mercado Chico a la Plaza de Santa Teresa, obligatorio La Bodeguita de San Segundo, en la calle San Segundo 19, para comer o cenar, con excelentes vistas a la muralla, el Restaurante El Almacén, situado en la Carretera de Salamanca 6, te sorprenderá su carta de más de 1.000 vinos. Si ha habido suerte y estás sin enanos finaliza tu escapada tomándote una copa en el Café Teatro Delicatessen, buen ambiente y decoración vintage de suelo a techo.
Gracias a Tamara por recomendarnos La Bodeguita, y a Ángel, abulense adoptivo, por aconsejarnos El Almacén, sin duda, volveremos.
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