Cada vez que salgo del Teatro
Alfíl, lo hago con dolor de mandíbulas de reírme durante toda la obra. Desde
666, pasando por Star Trip, Brokers y Gagfader, todas las que he tenido la
suerte de ver han sido comedias delirantes, cien por cien recomendables.
Pero en esta ocasión hay un giro
de tuerca, Yllana se une a compañía Primital Bros para montar una comedia
musical a capela, cachondísima, como no podía ser de otra manera, a la par de fascinante, cuando escuchas a sus artistas cantar a capela.
Cuatro aborígenes, en un escenario
cuyo único atrezo es un trono, nos ruborizan canción tras canción, mostrándonos
miserias como la envidia y el poder, todo ello a través de un recorrido por distintos géneros musicales.
Desternillante y deslumbrante a partes iguales. Alfil e Yllana no decepcionan hagan lo que hagan.
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